El significado etimológico de la palabra ordalía procede de la palabra anglosajona “ordeal”, que significa juicio o prueba que debe atravesar una persona acusada de algún delito para poder demostrar su inocencia. En Psicología aplicamos el término ordalía para referirnos a una estrategia de intervención muy concreta que podemos emplear en multitud de casos.
Llamamos ordalía a la técnica psicológica consistente en asociar la aparición de un síntoma a la realización pautada de acciones que pueden molestar o incomodar al paciente, pero que le proporcionan algún tipo de beneficio. Cuando empleamos esta técnica para ayudar al paciente a gestionar algún síntoma, acordamos con él el compromiso de llevar a cabo las acciones acordadas en consulta si el síntoma aparece, como una forma de “castigar” el síntoma.
Un buen ejemplo sería el siguiente:
Es importante mencionar que, a la hora de utilizar la ordalía, es imprescindible el compromiso del paciente al aplicar estas tareas o estrategias. En algunos casos debemos primero trabajar la sintomatología primaria más desbordante (por ejemplo si existen síntomas de ansiedad muy disfuncionales o si el paciente necesita de ventilación emocional exacerbada), para que pueda llevar a cabo estas estrategias de una forma más adecuada, favoreciendo la adhesión y su compromiso con el tratamiento.
Una cuestión importante a trabajar en consulta en multitud de casos es la tolerancia al conflicto y a las sensaciones desagradables. En la ordalía, la persona se ve abocada a enfrentarse a muchas de estas sensaciones desagradables, llevando a veces a su cuerpo a situaciones en las que antes habría sido incapaz de contemplarse, pero que son importantes para mantener un buen estado anímico y emocional y una funcionalidad adecuada.
Este artículo ha sido escrito y publicado por la psicóloga Ana Sánchez, de MentSalud. Como siempre, agradecemos su lectura.