Está llegando el verano y con él, las altas temperaturas y la necesidad de buscar una sombra o un lugar más fresco. Si bien el verano es la época favorita de muchos, a algunas personas les afecta hasta el punto de provocarles episodios de gran cansancio y fatiga. Pero, ¿por qué sucede esto?
Las altas temperaturas provocan una fuerte disminución de la tensión arterial, lo que unido a la sudoración, puede provocar una fuerte deshidratación y pérdida de electrolitos y minerales necesarios para mantener unos niveles de energía adecuados. Además, con la llegada del calor muchas personas tienen serios problemas para conciliar el sueño, encontrándose todavía mas agotados al día siguiente. El cansancio y la somnolencia puede provocar en muchas personas un estado similar a la apatía, lo que no contribuye positivamente a mantener un buen estado anímico. La falta de energía (anergia) dificulta llevar a cabo actividades que requieran de cualquier esfuerzo físico, incluso aunque seamos conscientes de que nos sientan bien.
Es imprescindible mantener unos niveles adecuados de hidratación. Beber líquidos incluso aunque no se tenga sed ayuda a que nuestra energía decaiga menos y mantengamos a raya la deshidratación. Algunos suplementos vitamínicos y otros complejos, como aquellos que incluyen magnesio (relacionado con la aparición de la fatiga) también pueden sernos de utilidad a la hora de combatir la anergia y sentirnos un poco más activos y enérgicos.
Evitar el calor de las horas centrales de mediodía y llevar a cabo la actividad física de mayor intensidad (como el deporte) a primera hora del día o a última hora de la tarde, cuando la temperatura ya ha descendido un poco, también nos puede ayudar a sentirnos activados y a no dejar a un lado aquellas actividades que favorecen cuerpo y mente.