El miedo es una emoción primaria en el ser humano. Elementos que causan algún tipo de impacto pueden causar miedo en un principio. En el caso de los niños, son los padres los encargados de ayudarles a sentir seguridad y que aprendan qué es susceptible de provocar miedo y qué no.
Los niños suelen comenzar a manifestar miedos entre los 3 y 6 años de edad. La falta de madurez neurobiológica y emocional provoca inestabilidad en las interpretaciones que el niño realiza en su entorno, lo que puede provocar que elementos desconocidos provoquen miedo.
Hay miedos que pueden ser muy perjudiciales para el desarrollo de los más pequeños, aunque hay otros que los enseñan a ser cuidadosos y precavidos. Los miedos aparecen y desaparecen mientras el niño crece.
Muchos de los miedos en niños se dan por el ambiente exterior y otros vienen infundados por experiencias vividas en casa o fuera de ella. Los padres deben saber identificar los miedos para ayudar a sus hijos a enfrentarlos de la manera adecuada.
Los bebes de entre 8 a 9 meses ya logran reconocer los rostros de las personas con las que viven. Por eso, las caras nuevas les pueden causar miedo, como tener una nueva niñera o conocer un familiar lejano. Es común observar conductas como llorar y aferrarse a uno de los padres para sentir seguridad.
Los niños de entre 10 meses a 2 años de edad, comienzan a asustarse cuando se tienen que separar de alguno de sus padres. No quieren quedarse solos en la guardería o en su cama al momento de dormir. Lloran, se aferran y tratan de mantenerse cerca de los padres.
Este miedo suele aparecer cuando los niños comienzan a usar su imaginación y simular o fingir cosas, a la edad de entre 4 y 6 años de edad. Sucede porque no saben distinguir lo real de lo irreal todo el tiempo.
Los monstruos a esta edad parecen reales. Se asustan de lo que puede vivir debajo de sus camas o en sus armarios. Esto genera miedo a la oscuridad y a la hora de dormir. Algunos le temen a las pesadillas y sueños desagradables. Además, los niños se asustan por ruidos fuertes, como truenos y fuegos artificiales, sin saber lo que realmente son.
Luego de los 7 años en adelante, la dificultad para distinguir entre lo real y lo irreal disminuye. Algunos niños comienzan a temer elementos y situaciones reales que quizá no han sucedido pero que podrían suceder.
Por ejemplo, pueden tener miedo de que alguna persona entre a su casa. Temen que sus personas favoritas puedan fallecer. A esta edad es muy común la ansiedad por un trabajo de la escuela que tengan que presentar, las notas, los maestros o la necesidad de encajar en el grupo ideal de amigos.
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